ME LO PONES FULL

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Autor: Inés Muñoz Aguirre

domingo, 10 de octubre de 2010

CAPITULO 5

Discos. Películas quemadas. Mani, platanitos. Tan buenas, amigo. Osman chequeaba por el retrovisor. El viejo vendía de todo, pero nadie compraba nada.  La vaina no está buena. A penas si a la gente le alcanza pal´pasaje. Después se subió un jovencito con un termo de café. Toda la vida me ha encantao el café. Bebo hasta cinco al día. Es pasable, a pesar del punto de azúcar que está de más. Le paga.  Vamos chamo pa bajo, que tengo que arrancá. Es muy temprano y hace frío. El palo de agua de anoche fue otra vez bestial. Se siente la humedad y las calles están más sucias que lo normal. Tengo que andá con cuidao, no se vaya a meté una vaina de esas en un caucho y me joda. ¿Cuánto costarán? Seguro que un ojo de la cara. Osman se preocupa. Nada le puede pasar, ni a él ni a su autobús. Todo lo que gana es para pagar el bendito préstamo. Cualquiera que ve las fotos del alcalde que han repartido por allí, piensa esa tremenda nave se la regalaron. No fue así. Lo que sucedió en realidad es que la alcaldía firmó un convenio con el banco para obtener unos préstamos. Sirvió de intermediaria, pues. Que vaina con los bancos. Si le prestaran a uno directamente, nos facilitarían el camino y no tendríamos que andar detrás de los políticos, que lo que hacen es aprovecharse.
El autobús se detiene en la parada de Los Palos Grandes. Allí se suben tres jóvenes.  Un poco raros. Es que todos estos muchachitos que viven en las casas; son tan extraños.  Les encanta un corte insólito. Un maletín que tenga dibujos, imágenes o fotos. Unos pantalones a media pierna. Tan feas, siempre peluas. Las mujeres pueden enseñá sus piernas porque las tienen lisas y bonitas. El autobús está casi lleno. Uno de ellos se levanta con una libreta en la mano. Lee.  Esta ciudad me produce nauseas/ tiemblo al perfil del ocaso/ Me contamino de smog/ Me deslizo por las alcantarillas /buscando respuesta/ En esta ciudad las ratas hacen fiesta/ vomitan el alma de cada transeúnte/
Nadie voltea. Ni los miran. Tampoco aplauden. Sólo una muchacha parecida a ellos. Tiene un pirsin puesto en la nariz. Los tres muchachos la miran entusiasmados. Osman trata de no perder detalle, pero en ese momento se sube al autobús una joven  que parece estar a punto de parir. Epale vale, cuidao con una vaina y me nace el muchacho ese aquí.  La mujer apenas sonríe. Se nota que no aguanta el peso para subir los escalones. Se sienta justo detrás del chofer. Respira profundo.
Miré a través de la ventana/ Piso 26/ Abajo el pavimento me espera/ Me lanzo/ Mi cuerpo como una masa amorfa/ viaja a no sé cuantos kilómetros por hora/ Me estrello contra el pavimento y me esparzo/ El sueño se ha realizado. 
Osman José no puede evitar un frenazo. La del pirsin acaba de leer unas líneas que tenía escritas en alguna parte. Los tres muchachos aplauden emocionados, mientras el resto de pasajeros los contempla llenos de terror. Un tipo que va al fondo grita: Nooo jeva. Tu lo que estás es fumaaa.

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